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Política y vida cotidiana

Dentro de la sociedad y la interacción en su vida cotidiana se piensa erróneamente que la política nos es ajena, todo lo concerniente que sucede en la política incumbe solo a los políticos, sin darnos cuenta que este ámbito al que se le llama política, está relacionado con la interacción y actividades en las que el hombre se relaciona día a día, pues recordemos que la política en términos generales hace referencia al grupo de actividades calificadas y acciones humanas que se refieren a las cosas del estado, éste es la institución que rige a los individuos que conforman un grupo social en un territorio específico, sobre los cuales le corresponde legislar, extraer, distribuir y ejercer los recursos.

Por lo tanto, la política es un conjunto de prácticas o actividades colectivas son procesos políticos en el que se interactúa en un entorno histórico y cultural, donde éstas a niveles sociales se llevan a cabo en clanes y tribus de sociedades, pasando por gobiernos locales, empresas, instituciones, estados soberanos, hasta el nivel internacional, en los cuales se organiza la competencia por el poder político entre los actores, específicamente, entre la clase política, donde las prácticas y actividades están asociadas a un sistema político dentro de una sociedad.

Mientras que la vida cotidiana del hombre representa la esfera de la realidad que conciben los individuos, susceptible a los cambios y modificaciones del contexto social, esto permite considerarla como un espacio que permanece en construcción. En ese espacio, el hombre va elaborando y desarrollando la subjetividad así como la identidad, a través del análisis de su propia esencia como ser social; la identificación con su cultura, en el marco de la organización y reorganización de su entorno para la satisfacción de sus necesidades mediatas e inmediatas, es el lugar dónde se crea la sociedad civil, se influye en sus condiciones sociales, económicos, políticos y culturales de un grupo social.

Como menciona el filósofo Aristóteles el ser humano es un ser político, en el sentido de que, al vivir y pertenecer a una sociedad es necesario determinar una organización para hacer posible la convivencia, estar representada bajo la forma de estado, siendo para este caso, sinónimo de gobernar y esto se podría deducir que la política está intrínseca en nuestra vida cotidiana.

Para tener una comprensión de la política en la vida cotidiana, debemos recordar que el hombre ha vivido inmerso en las actividades políticas, es algo que va relacionado en cualquier espacio socialmente construido y definido en el campo de lo que es pensable políticamente, en el cual se logran resolver, garantizar las necesidades de establecer liderazgos, crear actividades sociales dentro del desarrollo de la organización social, el hombre ha realizado una serie de actividades vinculadas con la toma de decisiones de manera grupal con la regulación de las relaciones de gobiernos y gobernantes, así como quienes sustentaran el poder, surgiendo como consecuencia el estado, dentro del cual no se puede contar con éste si los ciudadanos no realizan hechos políticos o tienen conciencia de las relaciones de poder, así como de ejercer la democracia y cumplir con sus obligaciones como ciudadanos.

Así que es necesario reconocer que la política es una actividad inherente y esencial a la naturaleza humana, es lo común a un pueblo, es orden público, es diálogo, las acciones y decisiones que se toman dentro de ella afectan al entorno en el que vivimos dentro de los grupos sociales como: la económica, el trabajo, la pobreza, la educación, la seguridad y el bienestar, pues estás están asociadas en nuestra toma de decisiones, nuestra relación de poder entre individuos, promoviendo la participación consiente y activa en las decisiones del gobierno, centro del cual se definirá si existirían jerarquías o no, si las leyes emanarían de un soberano o se harían por consenso desde la base, si se legitimaría la propiedad privada, la estatal o colectiva, si existirían o no fronteras, si los órganos de participación en política serían asambleas abiertas o por el voto como derecho de sufragio, pues en ella demostramos la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad en la que nos encontramos dentro de la vida social e individual de los ciudadanos.

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La política y la vida cotidiana están estrechamente relacionas pues en ellas, se da la forma de organizar las experiencias de la vida cotidiana y ordinaria que se constituyen dentro de este referente, ya que en ella se da el tipo de relaciones de poder que establecemos en nuestras vidas, como en el que hacemos cuando exigimos a las personas que planifican política, en la forma de organizar el acceso a ellas, con quienes nos organizamos, en que movimientos sociales participamos, como podemos sensibilizar una sociedad más justa para todos, que incluya a las personas que se consideran de comportamiento no aceptados dentro de la sociedad, entender que somos sujetos y no objetos políticos, el cual sería un paso para cambiar nuestra percepción de las cosas y tomar posición para convertirnos no sólo en un observador de los fenómenos políticos, sino participantes con nuestras propias habilidades y soluciones.

CULTURA POLÍTICA EN MÉXICO

La poca participación política de los ciudadanos mexicanos hacen complicada la tarea de intentar plantear propuestas para impulsar orientaciones y actitudes democráticas en una población, es decir, para construir un tejido cultural que dé sostén firme a instituciones democráticas.

En México existen sociedades que se encuentren todavía transitando por un proceso de modernización, en las cuales las necesidades básicas o materiales siguen ocupando la totalidad de las preocupaciones, en donde la transformación es insuficiente porque continúan existiendo imposiciónes política, fincadas en las razones personales y concepciones patrimonialistas del poder más que en la aplicación de las normas establecidas, y en donde las estructuras políticas definidas formalmente como democráticas están lejos de cumplir con los principios de valores y actitudes democráticas.

Por otra parte, uno de los rasgos más destacados de esta época es el cambio que están experimentando las diferentes sociedades, no sólo en su dimensión interna, sino también en el escenario internacional. Un entorno cambiante como éste trae como resultado cambios culturales que pueden aprovecharse expresamente para impulsar una cultura más abierta y plural, en una palabra, moderna.

Sin embargo, la promoción de una cultura democrática ya no puede pensarse como una labor que competa exclusivamente al Estado, sino quela ciudadanía debe concebir a la política parte de su vida cotidiana para contribuir con las instituciones sociales y políticas. Mientras mayor influencia tengan éstas sobre la sociedad por su prestigio o penetración, mayor será el impacto que causen.